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Monday, November 6, 2017

"The Mexican People Have Given An Example To The World," Theologian Leonardo Boff

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The Mexican People Have Given An Example To The World

Leonardo Boff
   Theologian-Philosopher
       Earthcharter Commission

On September 19 and 23 Mexico was shaken by two earthquakes, one 7.1 and the other 6.1 magnitude in the Richter scale. They affected 5 States, scores of municipalities, including the capital, Mexico City.  Hundreds of houses were collapsed and cracks appeared in other hundreds of buildings. Beautiful churches, such as the Church of Saint Francis of Assisi, in Puebla, saw their towers demolished. Everyone still remembers the terrible earthquake of 1985 that produced more than ten thousand victims. This earthquake, even though it was very strong, killed 360 persons.

I have been in Mexico City and Puebla recently, invited to conferences, and have been able to verify in situ the ravages and trauma inflicted on the people. 

But what has brought to the general attention has been the spirit of solidarity and cooperation of the Mexican people. Without anyone calling on them, thousands of persons, especially the young, began to remove the rubble to save the interred victims. Groups were spontaneously organized and this spirit of solidarity saved many lives. 

Immediately centers were created to gather help for the victims, such as plenty of water, provisions, clothing, blankets and all kinds of important household utensils. As I write this article, (on October 13, 2017), many places that store provisions still are seen.  Cooperation knows no limits. 

I will relate only two moving facts. The first: a school building slowly collapsed with many children inside.  A young man, seeing that a sort of canal had formed in the middle of the ruins, crawled quickly through the hole and rescued several 5 to 7 year old children. Just as he had rescued the last child another segment of school suddenly fell behind him, missing him only by seconds. 

The second fact: a young woman, about 30 years old, spent 34 hours under the rubble. She granted a moving television interview, sharing different phases of her tragedy. Trapped between the rubble, a slab of concrete was fixed on one side of her face. For 30 hours she heard no voices, no footsteps, or other sounds that would indicate the proximity of someone who could rescue her.

Then she related the different psychological stages, like those we know when an ill person learns the incurable nature of his illness and the proximity of death. 

In a first moment, this woman asked herself: why me, why must I be the one to endure this tragedy? Then, almost desperate, she started to cry until there were no more tear. Then she began to pray and to beg God and all the saints, especially Our Lady of Guadalupe, of the main devotion for the Mexican people. Finally, she resigned herself and confidently she surrendured herself to the mysterious will of God.  But she did not lose hope. 

Finally, she heard footsteps and then voices. Hope was renewed. After 34 hours, literally buried under a mountain of rubble, she was rescued. And there she was, happy and whole, accompanied by a psychologist who specializes in psychological traumas such as those caused by a sudden earthquake, relating her horrible experience. 

Mexico is a region known for its earthquakes, given the configuration of its tectonic plates. The human being has no power over these natural forces. What humans can do is to take precautions: learn to construct earthquake resistant buildings, as the Japanese people do, and, above all, learn to live with this indomitable reality, like the population of our semi-arid Northern Brazil, that must adapt to and learn to coexist with the drought that may last for many long years, as is happening now. 

In the debate, after a conference in the Universidad Iberoamericana, in Mexico City, a woman declared: “if our Country and all humanity would live that spirit of solidarity and cooperation, there would be no poor people in the world and we would have rescued part of the lost paradise”

I reinforced that ideal, and told her that it was the cooperation and solidarity of our anthropoid ancestors, who began to eat together, that allowed them to make the jump from bestiality to humanity. What was true yesterday, must still be true today.  Yes, solidarity and in general cooperation of all with all will rescue that which makes us fully human. In these recent days the Mexican people have given us a splendid example of this fundamental truth.         
                                                                                                                         Leonardo Boff
                                                                                                                          10-13-2017

Free translation from the Spanish sent by
Melina Alfaro, alfaro_melina@yahoo.com.ar.
Done at REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas, EE.UU .
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Por favor circule ampliamente este artículo. ¡Gracias!


El pueblo de México dio ejemplo al mundo

2017-07-25

Los días 19 y 23 de septiembre, México fue sacudido por dos terremotos, uno de magnitud 7,1 y otro de 6,1 en la escala Richter, que alcanzaron a 5 Estados, decenas de municipios, incluida la capital, Ciudad de México, colapsando centenares de casas y produciendo grietas en otros cientos de edificios. Iglesias bellísimas, como la de san Francisco de Asís en Puebla, vieron sus torres derribadas. Todavía se acuerdan todos del terrible terremoto de 1985 que produjo más de diez mil víctimas. Este, aunque ha sido muy fuerte, mató a 360 personas.

He estado posteriormente en México y en Puebla, invitado para dar conferencias, y he podido verificar in situ< los estragos y el trauma ocasionado en la gente. 

Pero lo que ha llamado la atención general ha sido el espíritu de solidaridad y de cooperación del pueblo mexicano. Sin que nadie las convocase, miles de personas, especialmente los jóvenes, se pusieron a remover escombros para salvar a las víctimas enterradas. Se organizaban grupos espontáneamente y este espíritu de solidaridad pudo salvar muchas vidas. 

Inmediatamente se crearon centros de recogida de ayuda a las víctimas, ya fuera con mucha agua, víveres, ropa, mantas y todo tipo de utensilios importantes para una casa. En el momento en que escribo este artículo (13/10/17) todavía se ven muchos lugares de acopio. La cooperación no conoce límites. 

Narro solamente dos hechos que son conmovedores. El primero: el edificio de una escuela se derrumbó lentamente con muchos niños dentro. Un joven, viendo que en medio de las ruinas se había formado una especie de canal, penetró rápidamente por el agujero y sacó a varios niños de 5-7 años. Apenas había sacado al último cuando detrás de él cayó otra parte de la escuela, salvándose por segundos. 

Segundo hecho: una joven señora, de unos 30 años de edad, estuvo 34 horas debajo de los escombros. Concedió una conmovedora entrevista por la televisión, narrando las distintas fases de su tragedia. Aprisionada entre los escombros, una plancha de concreto quedó fijada a un palmo de su rostro. Durante 30 horas no oía ninguna voz, ni pasos, ni ningún ruido que significara la aproximación de alguien que pudiese rescatarla.

Entonces narró los distintos estadios psicológicos, semejantes a los que conocemos cuando un enfermo recibe la noticia del carácter incurable de su enfermedad y de la proximidad de la muerte. 
En un primer momento, esta señora se preguntaba: ¿por qué precisamente yo debo pasar por esta desgracia? Después, casi desesperada, se puso a llorar hasta quedarse sin lágrimas. En el momento siguiente, se puso a rezar y a suplicar a Dios y a todos los santos y santas, especialmente a la Virgen de Guadalupe, la de mayor devoción de los mexicanos. Finalmente, se resignó y confiadamente se entregó a la voluntad misteriosa de Dios. Pero no perdió la esperanza. 

Por fin, oyó pasos y después voces. La esperanza se fortaleció. Después de 34 horas, literalmente sepultada bajo una montaña de escombros, pudo ser rescatada. Y he aquí que, alegre y entera, acompañada por una psicoanalista especializada en tratar traumas psicológicos como los causados por un repentino terremoto, allí estaba ella dando testimonio de su terrible experiencia.
México es una región marcada geológicamente por terremotos, dada la configuración de las placas tectónicas de su subsuelo. El ser humano no tiene poder sobre estas fuerzas telúricas. Lo que puede hacer es precaverse, aprender a construir sus edificaciones, resistentes a terremotos al modo de los japoneses y, sobre todo, acostumbrarse a convivir con esta realidad indomable. De manera semejante lo hace la población de nuestro semiárido nordestino, que debe adaptarse y aprender a convivir con la sequía que puede durar largos años, como ocurre actualmente. 

En el debate tras una conferencia en la Universidad Iberoamericana, en la ciudad de México, una señora declaró: “si nuestro país y si la humanidad entera viviesen ese espíritu de solidaridad y de cooperación, no habría pobres en el mundo y habríamos rescatado una parte del paraíso perdido”. 

Yo reforcé esta desiderata suya y le dije que fue la cooperación y la solidaridad de nuestros antepasados antropoides, que comenzaron a comer juntos, lo que les permitió dar el salto de la animalidad a la humanidad. Lo que fue verdad ayer, debe ser verdad todavía hoy. Sí, la solidaridad y en general la cooperación de todos con todos podrá rescatar la esencia hacernos plenamente humanos. En estos días recientes el pueblo mexicano nos ha dado un espléndido ejemplo de esta verdad fundamental.        

Leonardo Boff


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